Maria 1.0 es una agrupación de católicos. La iniciativa está comprometida con la unidad de la Iglesia universal y la fidelidad al magisterio papal. En toda Alemania, son sobre todo mujeres jóvenes las que participan en María 1.0 y dan rostro a la iniciativa. Desde mayo de 2021, María 1.0 está dirigida por Clara Steinbrecher, que también coordina los diversos apostolados de la iniciativa. Además del apostolado clásico de oración e información, María 1.0 intenta ayudar a dar forma al discurso en torno a la Iglesia católica a través de su presencia en los medios de comunicación. Además, los compañeros de lucha de María 1.0 dan la cara en acontecimientos católicos para defender la fe católica (véase, por ejemplo, la Asamblea Plenaria de DBK). Para ofrecer a los católicos la oportunidad de establecer contactos, María 1.0 también ofrece grupos regionales. En el futuro, la iniciativa también planea conferencias teológicas.
María 1.0 cuenta con el apoyo de creyentes de distintas corrientes espirituales que, unidos por las enseñanzas universales de la Iglesia, se sienten representados por esta iniciativa. María 1.0 se considera portavoz de todos los católicos que tienen una actitud positiva hacia el Papa y la Iglesia.
María 1.0 se formó inicialmente en mayo de 2019 como un movimiento contrario a María 2.0, pero ahora se ocupa de todos los temas católicos, dando voz a la enseñanza católica.
La iniciadora, la joven profesora de Schongau Johanna Stöhr, quería mostrar que hay muchas mujeres en la Iglesia católica que han reconocido que la Iglesia no puede cambiarse como un asociación formada por personas. Aún más: las mujeres del movimiento María 1.0 señalan que la Iglesia católica es probablemente la "institución emancipadora" más antigua por excelencia: por la gracia que Dios concedió a Santa María de dar a luz a su Hijo, la ha elegido para siempre como la mediadora más cercana entre Él y la humanidad.
Los partidarios de María 1.0 consideran que la ola nacional de protestas que incluye una "huelga eclesiástica" contra una "Iglesia católica dominada por los hombres" no sólo es superflua y teológicamente errónea, sino que también ven en el nombre de María 2.0 una instrumentalización inadmisible de la Madre de Dios, que en su humildad e impecabilidad siempre se ha subordinado a la voluntad divina.
En la actual situación mundial, la Iglesia está llamada con mayor urgencia a servir a la salvación y renovación de todos los hombres (cf. Ad gentes 1) y para esto, María 1.0 quiere aportar su contribución. Un momentum esencial de esta renovación es, desde esta iniciativa, la evangelización. Por esto, se hace un llamamiento a los fieles, hombres y mujeres, para que se unan a nuevas formas de anunciar el Evangelio y configuren así activamente el futuro de la Iglesia.